Cerca del Monasterio podemos contemplar, en hermosos parajes, restos de arquitectura popular de sencilla construcción, con poco valor artístico, pero de gran importancia para comprender el ambiente y la vida que se agrupó en torno al Monasterio-Santuario durante siglos. Hemos de situarnos ante una sociedad agraria, en una zona dura en climas y tierras. El ciclo de las labores agrícolas se entremezclaba con el calendario litúrgico, en una síntesis armoniosa, austera y bella. Este modo de vida ha influido grandemente en las gentes y la cultura de la zona, y se mantuvo, casi sin variaciones, hasta bien entrado el siglo XX, cuando llegó la generación de la minería del carbón, el transporte a motor y el tractor para las faenas agrícolas.
El Monasterio de El Olivar es la joya que corona una zona de belleza excepcional donde los siglos han acumulado sus tesoros naturales e históricos.
Al estar en un valle solitario, sin más carreteras asfaltadas que la que lleva de Estercuel al Convento, y con el impresionante valle de la Codoñera a sus espaldas, el Monasterio de El Olivar es lugar privilegiado para pasear, hacer caminatas relajadas o senderismo solitario.
Estamos terminando la primera fase de señalización de los caminos y zonas de interés, que pronto serán un conjunto completo de PRs. Todos estos lugares, y muchos otros, se pueden visitar a pie sin necesidad de usar el coche.